La pesca de la dorada  Introducción Que duda cabe que la dorada es uno de los peces más perseguidos por los pescadores deportivos, tanto por el tamaño que pueden adquirir en los ejemplares adultos, como en su lucha cuando se sienten clavadas por el anzuelo. No debemos olvidar la dificultad que presentan sus capturas, ya que son de costumbres muy impredecibles. Pescar doradas ha sido siempre la mayor ilusión de todo aquel que le guste la pesca deportiva. En otros tiempos, antes de que aparecieran las cañas de carrete, ya las pescaban auténticos artistas, utilizando rudimentarios aparejos (que nada tenían que ver con las sofisticadas cañas que utilizamos), compuestos en la mayoría de los casos por una lienza de nailon de un diámetro considerable, una ganeta de nailon del 0.40 de grosor, un buen anzuelo y su correspondiente plomada corrediza o deslizante. Éstos las esperaban por lo general en rocas y escolleras con fondos de arena o de cascajo, donde sabían que podían entrar a alimentarse. Muchos de estos pescadores nos cuentan que regresaban a caso con grandes piezas, cuando el estado de la mar y las condiciones climatológicas eran proclives para la pesca. No obstante, aunque había gran riqueza piscícola, también volvían con algún que otro “BOLO”, por eso la desconfiada dorada era tan deseada. Cada año que pasa parece que el tan preciado pescado llega a saber “latín”, se cogen menos, más pequeñas, y a veces parece que han desaparecido, pero eso no es así, la dorada es un pez que sigue abundando, eso si cada vez menos  DescripciónCon el fin de saber de qué especie estamos hablando, basta con decir que pertenece a la familia de los es páridos, familia muy común en el mar mediterráneo. Si somos un pescador principiante o novato, podemos distinguirla por su franja dorada entre los ojos, lomos de color gris oscuro y costados plateados. Podemos observar que tienen unas leves manchas rojizas en los extremos de las mejillas, sus labios son gruesos. La mandíbula superior está armada de dientes cónicos y diversas filas de muelas de forma lisa. La mandíbula inferior es parecida a la superior, y se puede decir que es una máquina perfecta de triturarlo todo. La cola ancha y potente por lo que le permite una natación rápida. Las doradas de piscifactoría se diferencian de las salvajes por tener una coloración más apagada, y las carnes son más grasientas, debido a la alimentación a base de pienso. La dorada es un espárido que preferentemente podemos encontrar cerca de las costas, aunque también la podemos encontrar mar adentro y sobre todo en lugares que se mezclan con rocas vegetación y arena. Se desplazan hacia aguas salobres por las lagunas costeras, entrando en estas para los periodos de reproducción, que suele ocurrir entre los meses de septiembre hasta mediados o finales de diciembre. En su etapa juvenil les gusta la compañía de sus congéneres y forman grandes bandadas, aunque luego se van haciendo solitarios conforme van siendo adultas. La dorada la podemos encontrar desde unos pocos centímetros hasta unos 20 o 30 ms de profundidad. Hoy en día si conseguimos poder pescar una de dos o tres kilos podemos darnos por satisfechos. Pesca específica La mejor época para poder pescar estas doradas es sin lugar a duda desde primavera hasta final de otoño, aunque en los meses de invierno también podemos encontrarlas, siempre y cuando sea con buen tiempo, en horas que más calienta el sol, raramente también podemos sentir algunas picadas de noche (normalmente alguna despistada). Podemos decir que la dorada es un pez diurno y cuando más activa esta, aunque en la época de reproducción se han dado bastantes capturas en noches claras En este tipo de pesca, la modalidad que se suele utilizar con mayor frecuencia son con cañas de lance que ofrecen mejor resultado, aunque también las podemos encontrar a pie de orilla con cañas de mano. La localizaron de la zona de pesca es una labor que hay que realizarla muy meticulosamente, ya que tienen que ser zonas donde la dorada se acerque a la costa lo más posible. El lugar ideal sería una zona de costa rocosa, con bancos de arena cercanos y con gran cantidad de comida para ellas (erizos, cangrejos, mejillones). Aunque normalmente la pesca de la dorada se realiza de día, cuando podemos encontrar doradas mayores seria de madrugada. Las zonas iluminadas de costa y las noches con luna, serán las mejores. Las aguas deben estar lo más calma posible y transparentes. Pescaremos a unos 10 a 12 ms. De la costa, concentrando allí el cebado de las agua, cerca de la costa, muy cerca la dorada entra a comer hasta zonas de menos de un metro, la picada es fulminante, y es el momento de clavarla con fuerza pero con cuidado, cuando la tenemos clavada, la dorada o bien se irá al fondo o se meterá mar adentro a toda velocidad, es ahora el momento de poder divertirse al sacarla. Equipo: CAÑAS: Telescópicas de Carbono, suelen ser más cómodas de 4 o 5 ms en adelante, según el estado de la mar, de lance medio o pesado. Aunque yo me declino por las cañas de 3 tramos. CARRETE: Carrete de tambor fijo, no menos de 300 ms del 0,30-0,40. SOPORTE DE LAS CAÑAS.- Podemos emplear los soportes de como los de surf, o bien pinchos todo-terreno para arenas y rocas. PLOMO: Preferentemente deslizante de 50-100g. ANZUELOS: Fuertes y penetrantes (pico loro, negros, patilla corta) nº 2 a 4, el tamaño de los anzuelos debe estar de acuerdo con los cebos que empleemos. LINEA MADRE: Debe de ser fuerte y resistente de buena calidad 0,30-0,40 de diámetro, también si lo queremos podemos emplear líneas trenzadas. GAMETAS: Deben de ser resistentes y fuertes a la abrasión, con un color lo más neutro e invisible posible. Longitud más de un metro y que tenga un grosor de 0,22-0,30, armado con 2 ó 3 anzuelos dependiendo del pescador. MONTAJE: Línea madre, plomo deslizante, perlas, mosquetón quita vueltas y ganeta. TÉCNICA En una zona donde se visualice aguas claras o poco movidas, donde se dan todas las condiciones para que haya doradas: mezcla de arena, vegetación y rocas, lanzaremos a poca distancia. Se trata de poner un cebo bien atractivo en la zona de arena, cerca de la vegetación y piedras que la delimitan. Las cañas como en casi todos los casos se deben poner bastante inclinadas (siempre y cuando podamos), la línea floja con algo de comba y el freno regulado, (es conveniente emplear plomos que no superen los 50 g.), normalmente las doradas se clavan ellas solas, pero si por el contrario vemos que nos dan picadas y no se nos clavan, podremos hacer lo siguiente: coger rápidamente la caña, inclinaremos el puntero hacia la superficie del agua, con la línea suelta formando como antes una comba, esperaremos a que vuelvan a tensar, cuando esto ocurra cogeremos la caña la levantaremos con fuerza para poder clavarla. Si hemos conseguido clavar la dorada, estaremos de suerte, si por el contrario no la hemos clavado, volveremos a encarnar y a esperar que vuelvan a picar. Los cebos más apropiados para las doradas entre los moluscos serian: caracolas, lapas, mejillones, etc. Entre los crustáceos: camarones, quisquillas, cangrejos, etc. También podemos poner algunas clases de gusanos, como las titas para que sean capaces de soportar a la morralla.